No tengo miseria,
me juego la suerte
por esta simpleza
que por dentro crece.
Es grande el destino
si a todos cobija
el sol con su brillo,
la noche tranquila.
La tierra que nutre
de sed y de calma,
el manto que cubre,
el agua que sacia.
La gente sencilla
que besa las fuentes,
que prueba la vida,
el manjar celeste.
Recorre las calles
y se harta en amores,
espanta los males
con Feng Shui desborde.
No teme a la muerte
porque restan días
si cree en la gente
que sueña y respira.
Toma este mensaje
sin tener millones,
ahorra el buen aire,
rehúye de moldes.