Tu sonrisa es un vértigo de rosa,
un abismo profundo en que caer
hacia el fin de la nada y complacer
el gusto de una carne caprichosa.
Tu sonrisa es, la tarde tormentosa,
el relámpago cálido del ser
que te habita a destiempo a ti, mujer
que renaces, mañana silenciosa.
Como un hondo vestigio de la infancia,
sencillo y natural, así es tu gesto.
La transfiguración de cuerpo y alma
a través de tu rostro. La elegancia
de unos labios que ofrecen ese resto
de verdad, de emoción, de luz, de calma.