ATARDECERES Y OCASOS
Los atardeceres pueden mi alma, pueden
llevarla donde van -desconocido puerto-
sin estación que cambie este destino
de ser esclava de su encanto.
Calle abajo, que en una colina vivo, resplandece
con especial vigor el aura vespertina llena
de perfumes y colores que acapara… la tarde.
Ya la luna le va quitando el protagónico
ser que poseía y enamoradas almas se preparan
para intercambiarse amores en caricias y miradas.
El niño que a mi lado, sentado en la vereda escondía
una tristeza inesperada, se va también con la tarde,
no sé dónde, y me deja mientras caen las cadenas
que me unían al ocaso… rotas por la luz de esa luna.
De mi libro “De mi baúl y de esos cofres de luz”. 2016 978-987-4004-21-5