Niños dulces, piel de hojaldre
Armados con tartas de emociones
Betan la escena, palian el hambre
Evitando sus aflicciones
Sienten su voz, cruzar el pasillo
De los secretos volátiles, en vías
Labios de miel, espejos sencillos
Contiguos a la sabiduría
Verdad inequívoca, algo ruidosa
Al límite de la excelencia,
Esgrime la vida, si es portentosa
Y arranca el dulzor y la esencia
Niños de la guerra, fiel a banderas
Sus padre se ven coaccionados
Decomisan heridas, con estratagemas
prestadas
Juicio de Dios, que ensancha las venas
Crece la polémica y crujen sus venas
Enredándose en la garganta
sustenta la polémica
Enebrando fallos cardíacos
Esbozan la silueta de la noche
Más allá, del santo reproche
Ingresará en un geriátrico
Patrias sin fronteras, meandros del amazonas
bajo el puente, esmera la salida
Ensancha la historia, la leyenda negra
Beso artificial
Abre las puertas del olvido
Corazón pueril, agrario
Atacando el amor vivido