Eres el caos,
te has convertido en mi último alarido,
en mi desconsolado castigo.
Mi aliento ha desistido de dar batalla…
pues asumo la condena a la que he sido sometido con tu olvido.
Reconozco haber cedido al desamor…
y entierro cualquier vestigio de sentimiento.
Eres ahora el desencanto…que abrasa mi desidia.
Hay una estampida de emociones que hicieron la tarea de romperme el alma.
Explotó el corazón que te quería…en mil pedazos…
y ya no queda nada más que apatía…
transitando en vano los senderos de la desolación.
El abandono al que fui sometido…
me convirtió súbitamente en implacable.
Me doy cuenta que puedo seguir sin ti…y eso es,
aunque irónico…lo más triste…
porque ya no siento esa sublime emoción de buscarte.
Tu punzante crueldad…ha despotricado sobre mí,
y yo trato…a cualquier precio...de soportar tu embestida.
Tú fuiste…extrañamente… razón y vida…confusión y engaño.
Fuiste al principio… el deslumbrante delirio que tanto había perseguido,
cuando tus ojos insólitamente alumbraban la oscura soledad de donde venía,
y luego…transformaste la pasión en despecho…la sonrisa en llanto…en un soplo de tiempo.
Todo llega a su final…ni quien lo dude,
todo cansa… y cuando cansa deja de importar…
deja de tener valor…y se hace nada.
Estamos a mano contigo…
yo intentaré darle fin a tu indiferencia con mi indolencia,
y ahora sabrás el poder que puede liberar la desilusión herida.
Ya no hay magia en mis palabras…
ni ilusión en mis versos,
hay decepción y nostalgia.
Todo mi rededor se ha descolorido…es blanco y negro,
se ha deslucido lo mucho que te amaba,
y te convertiste en mi anarquía…en mi desorden.
Ya no hay quietud en mi semblante,
se apaga poco a poco el fuego de mis sentimientos…
y solo quedan las cenizas de tu recuerdo…ahí…inertes.