Yo no encuentro la inspiración
en los mismos sitios de regadío
que los demás; a mí me auxilian
zonas de secano y astucias de agua
cálida, sonora, brevemente convulsa.
Soy más una anguila que un águila,
sobrevolando planicies y mesetas y llanuras.
De siempre me costó adaptarme a la situación
en general; a los catorce, cesé de intentarlo:
no era para mí el goce supremo ni el lodo
tirado y trillado por ahí.
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