Los ojos se me inundaron aquel día,
te fuiste rauda, en silencio...
Vidriosos, discretamente te seguían
con mirada leve y tierna, con ansiedad.
Esperaba una despedida, un adiós, un deseo;
te fuiste, tan solo, con mi mirada
que te acariciaba con rabia contenida.
Te fuiste..., con el silencio en medio.
Confiaba un último giro que me buscase.
¡Iluso de mi! Había olvidado la prudencia,
tus miedos, mi paciencia
en unos instantes fugaces, postreros y cercanos.
Quería llamarte, pero..., no podía;
invadían el espacio miradas y respeto,
te vi marchar con recelo,
podía y al mismo tiempo..., no quería.
Diciembre de 2004
(Adaptación del original en lengua catalana)
Pau Fleta