Mael Lorens

Mi querida Juliet

Mi querida Juliet, te escribo estas letras deseando que no hayas olvidado que de
los instantes calcinados que pasé 
a tú lado en el Cielo ardían estrellas brillantes vestidas de plata y oro.

De todo ello solo quedó el ayuno
de tus besos desnudos en las periferias del espacio entre tú cuerpo y el mio, pues se rasgó de repente la complicidad mágica que nos unía. 

Ahora me injecto 
en vena gotas de vida recordando el encuentro de nuestras bocas locas instaladas en el quicio del deseo. 

Como puedes suponer apenas ya quedan solamente milímetros de Pasión dormida flotando sin rumbo buscando el olvido completo .

Ahora solo veo coágulos del ayer estampados en una Cúpula de cristal que nos envuelve en recuerdos redondos, donde los gemidos, suspiros y sudores aún quedan impresos en sábanas de seda fina. 

Pureza sobre una inocencia que nadie quería dejar y dónde nuestro amor creó un Trono que se interpuso entre tú y yo por poseerlo.

En nuestra unión el delito sé consumió 
en  nuestra cama siempre revuelta, 
las almohadas impregnadas de la esencia lujuriosa que traspasó el auto engaño. 

Fuimos testigos directos de que no estábamos preparados para tanto amor ardiendo.

Clamo al Cielo que me ayude, pues me quedé completamente a oscuras desde que me dejaste sin tu presencia, me falta el tacto y el aroma de tu piel aterciopelada.

Que la desilusión no venga, que las lágrimas no se vayan, déjalas que se deslicen por mi cara, déjalas que griten con desespero, déjalas que salgan en libertad condicionada.

Solo quiero estar para siempre junto a ti, acuérdate que primero éramos solamente amigos, ahora somos dos extraños completamente locos, nada será como antes. 

Aún así te propongo que empecemos de nuevo este delirio.

Manuel Lorente
Seudónimo 
Mael Lorens 
Reservado el derecho
de Autor Febrero 2023