De la mano de un poeta
que marcó con buena pluma,
la música tuvo letra
y a corazones abruma
con desazón y tristeza.
Recuerdo de algunos versos
que me nublan la razón,
“son sublimes” y son esos
que sumaron la opinión
de tantos y tantos sesos.
Hablo de; Rafael de León
sevillano distinguido
rapsoda de corazón.
Antaño fue muy querido,
fundador de la canción.
Canciones que no se olvidan
en el corazón de muchos.
En mi poema presidan
algunas de las que escucho
y mis versos consolidan.
He comprado tres puñales
para que me des la muerte
El primero, indiferencia
sonrisa que va y que viene
y que se adentra en la carne
como una rosa de nieve.
El segundo, de traición;
mi espalda ya lo presiente,
dejando sin primavera
un árbol de venas verdes.
Y el último acero frío,
por si valentía tienes
y me dejas, cara a cara,
amor, de cuerpo presente
He comprado tres puñales
para que me des la muerte
Yo quisiera poner todas,
las pondría poco a poco...
Aunque vengan nuevas modas
y penséis que estoy loco,
él se merece estas odas.