Yuletide

El Dios Sobre La Tierra

Érase un niño que no recibió beso;
Érase un adolescente sin receso;
Érase un hombre de carne y hueso;
Érase un humano de puro seso. 
 
Cual hombre que corta sierra
igual a su camarada destroza,
porque si a un amigo desposa
a la mujer de este él entierra.
Como un Dios sobre la tierra
el despecho del mismo no existe,
y aunque su pensar persiste,
el alma misma lo atormenta,
y a su sentir él no argumenta
a causa de que fue un desquite. 
 
Con pureza y paz se alegra al mundo,
con maldad y guerra se transforma;
Con tristeza y daño en lo más profundo
un hombre fuerte crea su propio dogma. 
 
Érase el Dios Sobre la Tierra
quien creía en el arte de la guerra,
pues con un ejército que aterra
a su cruel pensar este se aferra.