NUNCA NADIE ME DIJO
Nunca nadie me dijo que el horizonte,
ese lugar donde se quiere llegar,
cuando damos un paso, un paso corre,
y alcanzamos lo que va dejando atrás.
Nunca nadie me dijo que el alba nace
para todos cada día sin parar,
ni que Dios a pesar de tantos desmanes,
en su eterno amor, no nos deja de amar.
Nunca nadie me dijo que más allá
de lo evidente y llano está lo esencial,
ni que los pájaros por el cielo van
volando porque aprendieron a volar.
Nadie me dijo que aquella agua que corre
jamás se detiene, camino hacia el mar,
ni que las estrellas alumbran al hombre
solo porque su misión es alumbrar.
Nadie me dijo que hay dolores y llantos
hasta que dolido y llorando aprendí
que con lágrimas vamos aligerando
amarguras que brotan con frenesí.
Nadie me dijo que somos caminantes
con un destino como meta final.
Nadie me lo ha dicho porque nadie sabe
cuando ese destino nos ha de llegar.
Nadie me dijo que el polvo del camino
siempre se adhiere en nuestros pies al andar,
ni que hay rumbos luminosos y sombríos
hasta que plañendo aprendí a caminar.
Ángel Alberto Cuesta Martín