Imaginé que caminabas a mi lado
Tomados de la mano
En el frío sendero que va desde la playa hasta el ocaso
Cubierta de escarcha, la arena se ha transformado en nieve
Te dije que energía y materia nunca mueren
Y los témpanos de hielo eran los reflejos del océano
En un olvidado jardín te regalé un collar de pequeñas piedras
Duré mil vidas buscándolas en el lugar donde cayeron las estrellas
Eran azules y verdes, amarillas y rojas
Te gustó tanto, que los antiguos espíritus de los astros renacieron en el brillo de tus ojos
Y me sumergí por una eternidad en ellos
Viviendo de la luz de sus destellos
Te encontré sonriendo en aquella librería
No sabías cual leer, estaban todos los que querías
Te llevé una taza de té a la mesa
Sonreíste al ver un rompecabezas
Pero no podía quedarme, mi lugar está lejos, en otra realidad
La imaginación puede crear mil mundos, pero nunca la felicidad
Estas no son lágrimas
Es la lluvia del alma
Que apaga el fuego de la espera
Tampoco son luciérnagas
Son todas las almas
Que liberamos al encender la hoguera