Muy triste es el color de la agonía,
tan triste como el cielo oscurecido;
diría, que es tan triste cual olivo,
que muere cuando el tallo se marchita.
Quisiera eternidad para la vida
y blanca fuera siempre como un lirio
con ese rico aroma que respiro
halado por la tenue y fresca brisa.
Quisiera lo que pienso y no es posible
las leyes de la vida están cifradas
pues llega ese momento de dormirse
sereno, sin decir ya más palabras,
que digan que regresas porque existes
pues nunca mirarás otra alborada.
Si la vida se acaba...
¡Disfruta a plenitud cada momento,
que nada gozarás estando muerto!