Sin escenarios ni viles decorados
pasa mi existencia entre bambalinas
y con los pies descalzos. Son señales
de bombas nucleares, los ladridos de los
perros que acumulan su violencia en los
ojos de la noche. Se trata de hacer versos:
malos o buenos, no importa, ni reviste
relevancia; pues en un verso, puede caber
un mundo entero, al igual que en el beso
de un adolescente, va el mundo sin entenderlo-.
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