Sin estar en tus cercanías
Sin saber si mis días
Se pasan igual que los tuyos.
Conoces bien mi intimidad,
Cuál es mi vergüenza, mi vanidad;
La causa de mi pena o de mi orgullo.
Sabes cuándo reaccionaré
De mal humor y te diré
Lo primero que se me ocurra,
Para después en tono cansón
Venir a pedirte perdón
Por cualquier error en que incurra.
Sabes cuándo voy a llamarte
Y cuándo no quiero hablarte
Por sentirme confundido,
Cuándo no parezco cuerdo,
Sabes que amo tu recuerdo
Y que le temo a tu olvido.
Cuándo quiero que me quieras
Y busco de mil maneras
Que me complazcas, que me consientas,
Cuándo digo cosas que detesto,
Cuándo de nuevo estoy molesto
Y sé que tú te impacientas.
Sabes cuándo te llamo
Para decirte que te amo
Y jurarte mi cariño.
Y sabes también que siempre acabo
Poniéndome otra vez bravo
Y asumo actitud de niño.
Sabes de mis necesidades,
De mis locas ansiedades
Y de mis sueños de hombre;
Entiendes que soy aquel
Que siente palpitar su piel
Cuando pronuncia tu nombre.
En resumen, sabes tanto
De mi alegría y de mi llanto...
Y sin embargo, hoy
No sabes decirme a mí
A dónde fue a parar lo que te di,
A dónde va a parar lo que te doy.
De tanto adivinar mis actitudes,
De conocer mis defectos y mis virtudes,
Esto para ti ha perdido novedad,
Pero a veces yo siento
Que cuando te hablo de sentimientos
No adivinas mi verdad.
Y pierdes tus artes adivinatorias
Cuando a lo mejor de esta historia
No le concedes importancia.
Y no intuyes, mi princesa,
Cuando la brisa te besa,
Que soy yo que lo hago en la distancia.