Ya no siento mariposas.
Tengo un elefante sentado sobre un grito en mi garganta
y la mala costumbre de dejar el corazón en cada encuentro;
no sé cuántos corazones tiene mi alma
sólo sé, que cuando estoy tan lejos de tus ojos,
mi emoción se marchita.
El recuerdo no me basta para sentirme en tus brazos.
El silencio es la peor distancia
…y mientras, ...sigo palpitando con tu nombre.