Me conocen por mis letras,
Por lo escrito en mis poemas.
Por lo que siento y lo que expresó
Lo que tengo y lo que entrego.
Les permito conocerme en cada verso,
Desnudo mis emociones en cada texto.
Es con mi sombra con la que más conversó,
Convirtiendo esto que soy yo, por otro yo.
Los he dejado conocerme
Para luego desconocerme.
¿Quien soy yo para ustedes?
¿Cuantas versiones existen de mi?
Conocen quién soy yo realmente
Habiendo tantas versiones de mí.
Me he extraviado entre tantos yo,
No sé cuántos yo habitan aquí dentro.
Soy yo el hombre del miedo,
Miedo a revasar sus límites,
Miedo a su propia capacidad,
Miedo a intentarlo y fracasar.
Soy yo aquel enfermo de ansiedad.
El que solo se dedica a exagerar,
El que no duerme por pensar y pensar,
El que sufre en silencio a cada despertar.
Soy yo al que acompaña la muerte
Quién otorga su fe a una calaca flaca.
Quien pide día con día un deseo profundo,
¡Oh muerte! Sálvame y llévame a tu mundo.
Soy yo el débil, el mezquino.
El que quiere gritar y renunciar,
El que finge felicidad todo el día,
A pesar de llorar por dentro cada noche.
Soy yo el poeta, el de la autoexigencia.
El crítico más estricto en su trabajo,
El que siempre quiere mejorar,
El que menos fé le tiene a sus poemas.
Soy el padre, el hijo, el hermano...
Soy el que odia la rutina del cotidiano.
Soy el que no puede evitar sentir para poder vivir.
Soy el artista que transforma las cosas.
Soy yo en cada uno de esos yo.
Y sigo descubriendo verso con verso
Cuántos yo habitan aquí dentro.
Siendo el yo más importante, aquél...
Con el que despierto.