Su nostalgia y la mía… tan parecidas,
derivaban de recuerdos entrañables,
de aquellos sentimientos inolvidables,
de gratos momentos compartidos…
y también de esas emociones lacerantes…
amargamente sufridas.
Esa nostalgia suspendida…de los hilos del tiempo…
que viene arrastrando sus lamentos…
y añorando algunas alegrías,
esa nostalgia tantas veces acompañada por una soledad implacable…
y por un silencio cómplice…donde solo habita la melancolía.
Su nostalgia la he descifrado en sus noches de bohemia,
cuando escondía su pena entre letras,
en la profundidad de los versos que escribía,
intentando inútilmente disimular la despiadada aflicción…
que causo una dolorosa herida en su corazón,
tan así…tan semejante a la desilusión que yo también sentía.
Nos parecemos tanto usted y yo,
y debe ser la causa de esta atracción sublime que sentimos,
yo por su excelsa manera de existir…
y usted por mi forma de morir en cada frase,
pero los dos con una coincidencia…
la de confiar que a pesar de todo…”el amor si existe”.
Con mi nostalgia he pintado episodios innumerables…de olvido y desesperanza,
y también de los otros…capítulos de pasión y delirio,
y usted asombrosamente los ha interpretado como si fueran propios…
como si una conexión misteriosa nos acercara más allá de una simple casualidad del destino.
Y de su nostalgia, que puedo decir…si me ha conmovido hasta las lágrimas…
en cada poema suyo... ¡cuánto los he disfrutado!
Su nostalgia y la mía…no sé…no nos mata….
y extrañamente nos sigue manteniendo vivos.