Jose Luis Posa Lozano
LLUVIA REDENTORA
Me exprimo las meninges
y solo extraigo miedo entre mis dedos,
me asaltan los recuerdos,
errores que jamás debí hacer míos,
las flechas de la culpa
se clavan en mi alma y en mi cuerpo,
el vendaval me empuja
y me arrastra hasta las lindes del abismo.
Como un caleidoscopio
me asaltan pesadillas y desvelos,
el alma se desangra
herida por un cruel remordimiento
no solo es lo que he hecho,
los pecados que, al fin, he cometido,
también lo que por miedo,
por desidia o temor he consentido.
Aspiro otra calada
Y siento que las nubes se disipan,
el güisqui de mi copa
va apagando las brasas que aún crepitan,
me calzo las katiuskas
y me lanzo a la calle en plena lluvia
camino por el bosque
colgando en cada rama mis desdichas,
mis odios, mis rencores,
la culpa que a mi alma paraliza
y canto a voz en grito,
imito el trino de los pajarillos,
saludo a los jilgueros
y siento que a pesar de los pesares,
todavía me queda mucho trecho
para luchar y desfacer entuertos
para poder retomar el buen camino,
regreso a casa, abrazo las cuartillas
y mi pluma vuelve a disparar de nuevo.