Se cansan los versos
Cuando el oído es sordo, cuando la sed es extensa.
Y no hay arrollo ni garganta.
Cuando la muerte hace fiesta en cada esquina,
ajena a la justicia de los años;
Cuando hay solo engaño con fina lencería.
No hay versos de rosas en juego que valgan como paliativo
Sólo hay lágrimas mojadas en protesta.
No se encienden las hogueras con los versos;
son los versos las hogueras.
Para quemar las lágrimas, para gritar con tinta;
para grabar la injusticia más allá de los muros y de las pancartas.
Los versos volverán a ser niños, únicamente en la sonrisa del muerto.
Y andarán cabalgando unicornios y arcoíris.
Pero si la oscuridad anega la mejilla.
Quién controlará el incendio que consume por dentro.
Es el cáncer que en silencio niega
como la voluntad de pintar luz en los contritos ojos.
Se cansan los versos, cuando más se repiten,
cuando más se repiten, cuando más se repiten