Desterré en un murmullo a la tristeza
al exilio final, ya condenado,
de estos versos escritos con rudeza
hacia el yerto paraje desolado.
Expulsé mi dolor con entereza
para ver a la luna en el tejado,
y mostrar a mi alma, y su belleza,
el amor de un latido acompasado.
Si llorar suficiente lo perdido
fuera causa de alivio, en tanta pena,
no tendría razones la agonía.
Mas la musa sensible, lo sufrido
se transforma, con tinta de la vena,
en jardín que florece en la poesía.
Crystal CG.