Tú: dominaste mi alma desde el día de tu llegada,
Rápido fue pasando el tiempo,
Y simplemente más te amaba.
Sumergida e inerte en, mi propia suerte,
En esta maldita desgracia de quererte.
Tú: cruel, tirano, avaro, y despiadado,
Has sido todo lo que más e amado.
Sola y confusa con mil cosas difusas,
Que se sepultan tan pronto cuando creo ser tuya,
Voy pasando el tiempo, Voy mirando el cielo,
Llenándome solo de un inmenso descontento.
Tú: el más fino y cortante hilo de mi vida,
El que me a abierto mil heridas,
Que solo causan inmensa agonía,
Y al que más sin embargo amo sin medida.
Tú: un infame, mentiroso, egoísta y prepotente,
Eres a quien dulce mente,
En la penumbra de mi mente,
Le hago dueño de mi vida, de mi alma y de mi suerte,
Hasta mi último día,
Hasta el día que me abrace la MUERTE.