Ben-.

Como esperando-.

No supiste vivir sino

en la fiebre de ti mismo,

o en la de otros. Como

en la fragua de Vulcano

velazqueña, el fuego aún

quema tus párpados, tras

el impacto de un sol como

dibujado. Tatuada está tu frente,

de soles y viñedos interminables,

de vinos escurridizos

que añadían a tu vida, la vida

de la tierra. En ti el amor imperdonable

hacia las letras, buscó

alternativas de medrar y de realizarse.

Y fuiste buscando, tú también,

amores y sangre en las venas.

En la tierra, frecuentemente

tan de ellos llena, escogiste

tu refugio entre la maleza.

Viviste, fue tuyo por instantes,

el corazón voluble de la vida.

Ahora ya, descompasado, andas

cabizbajo y humilde, con alas desplegadas

hacia ninguna parte; todavía,

como esperando-.

 

©