🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Aquiescencia

Profuso, sin encanto, muy lleno de estipendios
te escribo vida mía para evitar dispendios,
que son la clara prueba de un hombre soñador.
Al fámulo vocero que endulza tus oídos
pues dile que un poeta con ojos encendidos
se alberga sin inquina muy cerca de tu amor.

Y cuando valla a verte mi amigo, menegilda
acude en el periplo del viento en que se tilda,
amor de mis amores el noche chambelán.
Si un día ese azafata que dije ser mi amigo
te grita gravemente: «¡yo quiero estar contigo!»,
ya sabes que decirle serena en el zaguán.

Pero, si bien le quieres al émulo parlero
aquende y donde sea le cargas el sombrero;
detalle necesario para un amor así...
allende, junto al lecho no digas la diatriba,
cariño manirroto del hombre que te escriba;
libelo de tu amante, completo frenesí.

¡Saudades!, ¡ditirambos!, ¡deleites de pasiones!
Al fin, coro de besos, inopias, estaciones
en donde sobresalga la plétora de amar.
Firma: «concomitancia» la nueva poesía
y aunque ya seas de él, seguirás siendo mía;
dos mundos diferentes en un mismo lugar.

                                Samuel Dixon