Andaba una mariposa
libando miel en las flores;
y una araña, muy animosa,
miraba dando loores:
¡Qué bellas son sus alitas
mi niña linda agraciada.
Sus alas son tan bonitas,
como en los cuentos de un hada!
Y la arañita coqueta
estaba cerca en la rampa
tejiendo en una Violeta
armando sagaz la trampa.
La linda mariposita
para nada sospechaba
que la loa no es gratuita
pues la trampa la esperaba.
Y la araña iba tejiendo
maquinando y adulando
y a la mariposa viendo
que a la trampa iba volando.
Pero aquella mariposa
nunca se tragó ese cuento:
«Soy hermosa, no babosa,
dijo… ¡Y se fue con el viento!