jorge enrique mantilla

Dicen por ahí

Dicen por ahí

 

Una noche oscura de pánicos y de miedos convertida

Quedó tendida la cama, servida y fría la comida

Se sentía un halo de soledad y de incertidumbre por su partida

Una sombra recorría la habitación, olorosa y vestida

Se había marchado la mujer, la pasionaria moza y la amante querida

A lo lejos se escuchaba un sollozo y una lágrima sin llantos temida

En la mesa quedó la cerveza, el aguardiente y derramada la copa con su bebida

Las flores se secaron y el jardín en un desierto sus bellos pétalos convertida

La vela de la pasión se apagó, aún con el pabilo de llamas encendida

En la cerca de alambre de púas, quedó parte de su vestido rasgado, en su acalorada huida

No hubo tiempo para ver por última vez su cuerpo, ni el rostro en su despedida

Dicen por ahí, que le dieron de beber una pócima y por el demonio estaba poseída

Dicen que se marchó de noche, otros que huyó de amanecida

Dicen por ahí, que la han visto vestida como toda una bella y esplendorosa bandida

Que se cansó de la rutina y de aquel amor estaba más que aburrida

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Dicen por ahí, que se marchó por una trocha con el sol a cuestas, descalza caminando

Que la vieron encaramada en un camión cargado de verduras y de bandera se fue viajando

Que no miraba hacía atrás y del azaroso pasado se fue tristemente olvidando

Se quedó dormida y de una nueva vida de amores, se quedó solitaria soñando

Dicen que se cayó del camión en movimiento y rodó por un barranco, herida y sangrando

Dicen por ahí las malas lenguas, que la han visto en una barra de un burdel borracha y llorando

Que viste de minifalda, mostrando el alma olorosa y de piernas abiertas cruzando

Que se pinta y se maquilla como toda una cortesana, alegre y de melodías cantando

Bebe y toma sin parar por un amor que dejó en su pueblo y que una pena la está ahogando

Dicen por ahí, que un temible forajido la está ansiosamente de sus placeres buscando

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Porqué se fuiste mujer querida, si con su sonrisa y su alegría palpitaba corazones

Lo tenías todo, amor, pasión y emoción y acaloradas y furtivas sensaciones

Aparentabas ser feliz en su pueblo, en el hogar, en la habitación y en todos los rincones

Pero pudo más la pasión del sexo ardiente y arrebatado, que el clamor sin escuchar explicaciones

Le calentaron el oído, el triángulo de su cuerpo y la lava de sus volcanes y el sueño de sus respiraciones

Dicen por ahí que la cantina donde frecuentaba es un antro de mala muerte, de miedos y traiciones

Que en las noches tormentosas le pide a Dios sus bendiciones con los gritos de sus pecados sin confesiones

Vendía su cuerpo, su corazón y su alma al mejor postor con insultos y maldiciones

Unas noches eran oscuras, otras grises y las madrugadas de fríos nubarrones

Dicen por ahí, que tenía fama, era bella y hermosa sin pudor, ni comparaciones

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Pero una noche fría y huracanada de lluvias que arreciaban con truenos tormentosas

Estaba aquella mujer hermosa viendo llover en un silencio toda ida y misteriosa

Los rayos iluminaban su bello rostro y a decir verdad que era maravillosa

Era la consentida de la bohemia y de la cantina, pasionaria del sexo ardiente y de su querer amorosa

Le había negado su bello cuerpo a un sinvergüenza truhan, en forma valerosa

Y este malnacido la sentenció cortándole las alas a la vigorosa y bella mariposa

Dicen por ahí los que la vieron por última vez, que era amistosa, vanidosa y caprichosa

Que estaba entonando una melodía triste de cantina de tragos y licores pegajosa

Dicen que aquel desgraciado malhechor y forajido a traición, le asestó por la espalda una certera puñalada, hiriéndola en forma horrorosa

Y aquella hermosa mujer cayo de bruces agonizante y con la vista ida y vidriosa

Nadie la ayudó, ni nadie la lloró, solo una neblina blanca cubrió su cuerpo ensangrentado esa noche pavorosa y lluviosa

Se fue su vida, se marchitó su cuerpo, como se marchitaron las flores de su pueblo y solo quedaron sus recuerdos de sus pasiones fervorosas.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga febrero 28-2023