Al hablar con mis dioses,
de vergüenza se me llena el alma,
el mundo que dejaron antes,
de necesidades falsas se disfrazan.
Ya no se busca el bien de la comunidad,
ya se busca que la comunidad haga el bien.
La mente ha sido corrompida,
por el ente más maligno,
el ser humano persuade al ser humano,
y de intereses ajenos crea su vida.
No importa si te crees el malo o el bueno,
alguien te dice cómo actuar,
si libre fuera tu espíritu sereno,
aprenderías a tu otro yo a amar.
A mis dioses pido perdón
aunque sé que ni caso van a hacer,
más en calma está mi corazón,
porque ellos en su hartazgo a recuperar el mundo van a volver.