Me abracé a la almohada imaginando que abrazaba tu espalda y apreté fuerte porque no quería soltarte, pero las telas no me corresponden los abrazos.
¿Yo no correspondí tus abrazos? Entonces yo fui almohada cuando me abrazaste y yo solo miraba las vías.
Me veo en mi recuerdo y me condeno, no me dejo de arrepentir de ser así. No me dejo de sorprender de tu tibio cariño. Y yo no siento que dejé de ser frío.
Como quien esquía en la nieve y se desliza por las colinas fue como conecté contigo, pero la nieve era demasiado fría, y yo debí calentarla más.
Piensas lo que no es y lo sé, pero guarda por favor esos pensamientos y libéralos antes de liberarme a mí. Yo te quiero a ti...
Y al final fuimos luz blanca que se perdió en la nieve de unas viejas vías, y un ápice de amor entre el metal que parecía infinito.