Es hermoso ser un oso,
y además sostenible.
Eso de consumir miel sin queso
y echarse a dormir
cuando no hay comida.
De perezoso nada,
oso decir
que es la envidia de la evolución.
En el polo polar
hace un frío que pela
helado de nata como su pelo,
para no ser visto,
que su menú no es ciego.
Más feo, más hermoso
dice un refrán y yo digo
que más osa, más hermosa.
La suya, es belleza blanca
—alumbra peluches—
que mana de su pecho.