José Luis Barrientos León

Sueñas

 

Descansa en mi pecho tu cabeza fragante,

sueñas con un mar desbordado de poesía y lirismo,

impetuoso, efusivo, formidable,

vibrante y suave como tus ojos de capullo y gema,

que encienden la vida e iluminan el alma.

 

Sueñan tus labios de ternura,

con el lenguaje sublime de un beso,

la suavidad excelsa de una sonrisa,

y la profundidad augusta de un canto.

 

Sueñan tus manos acariciar la nube,

con el encanto soberbio de tu locura,

hasta convertir en llamas el intenso oscuro,

de la noche helante que ante ti implora.

 

Sueña tu pecho el eterno riego,

de la lluvia intensa que dejó el deseo,

desatando el fuego que exfolio la flor,

y exhalo esencias de pasión y entrega.

 

Descansa en mi pecho tu vedeja de seda,

frágil, imprecisa,

sombra y luz del latido ingenuo,

ola frágil en un mar violento,

voz silente en constante acecho,

ala frágil de melancolía,

donde renazco y sueño

con tu cabeza en mi pecho.