Mujer, me gusta cuándo estás triste
cómo una lámpara abandonada.
Porqué en ti pareciera que atracara la noche desconsolada con sus
hojarascas que brillan y caen del cielo dormido.
Sólo yo te noto en la obscuridad,
bella,
melancólica, con tu fría figura.
Te veo, te veo y te amó con tus
ojos sombríos.
Y te anheló y mi ternura cae en bruces a tus brazos gélidos.
Ah por un beso tuyo
veo fallecer la tarde
en este muelle vacío
dónde nada me aguarda
excepto tu amor que cae
de la luna
y se desboca cómo un archipiélago
sobre mi alma seca.
Por eso me gusta cuando estás triste.