Fuego en vientre maltrecho,
escapas por agujeros oscuros
dejando verter pesadillas,
no contengo mi incendio
y decaigo en placeres..
Formalizo mi estadía
con un brindis morboso,
flirteo ante una muchedumbre
y me entierro en rojas arenas
de profundo agotamiento.
Un pájaro se clava en mi pecho,
picotea la sangre en mi estómago
mientras me susurra al oído
que estoy acabado.
La derrota y la estupidez
me causan risa,
y creo un nuevo universo
con semejante carcajada,
en el que soy diablo
y ser humano a la vez.
Mas la marea pasa divina
y solo queda el pesar,
me vuelco en un fundir de cuclillas
y tan sólo respondo fiel
a ese llanto de ángeles que
mi corazón tanto proclama.
Encuentro ese alma huérfana,
tan amiga y par, tan confiada,
me distraigo en un abrazo de amistad
y salimos a conquistar gacelas.
Las horas de convergencia vienen en camino,
deberemos otorgar horas a ganancias
y preservar la salud y la cordura,
deberemos dejar a la ironía actuar
y nunca guardar esperanzas en bolsillos,
sacarlas a volar..
Deberemos ser cordiales y distantes,
divertidos y ajenos, confabulando
con nunca dar por sentado nada,
camuflarnos a cada instante
en que la marea loca cree tempestades.
Ser clima de verano,
cambiar como días en noches,
y nunca, pero nunca
dejar herirnos,
jamás...