¡Cómo van las estaciones…!
Después de la primavera,
llega la gran llovedera
con ojitos tan llorones.
Los veranos a montones
botan hojas en la vera
pero no es la vez primera
que en otoño hay nubarrones.
Así mismo va la vida
y también las sociedades
donde abundan las maldades.
Y la verdad, sin cabida,
nunca encuentra la salida
frente a tantas falsedades.
Los aplausos son notorios
al que miente y alardea
pues sublime merodea
con astutos envoltorios.
¿Son perennes los jolgorios?
Aunque usted no me lo crea
el poder se bambolea
porque son muy provisorios.
Y los egos se exacerban
como río acaudalado,
como el viento huracanado.
¡Y huirán las golondrinas,
de los montes que desyerban
pues son aves peregrinas!