Recuerdo la noche en que conmovidos nos miramos,
contando y recordando nuestra historia.
Recuerdo cuantas ilusiones nos formamos a la luz de nuestro encuentro,
cuantas frases nuestras oyeron las estrellas.
Solos los dos, amándonos sin tocarnos, sin más testigos que la luna,
amándonos con las miradas; con la convicción de nunca más separarnos.
Esa noche que dejó en nuestras almas, una historia de amor,
parece que hoy el destino pretendiera volver a juntar tu corazòn y el mio.
Recuerdo tu aliento que quema mis labios con su fuego,
tus manos que estrechan las mias, queriendo interpretar mis deseos.
Y hoy ausente, sin poder aspirar tu aliento y contemplar tu rostro;
ni secar tus lágrimas con mis besos, crece mi angustia.
No permitas que sufra, tú sabes que soy tuya, tú sabes que te amo,
tú; testigo de mi suerte, serás el consuelo de mi desgracia.
Ven y encenderemos juntos, como aquella noche,
un nuevo rayo de luz, de amor y de esperanza.