Ben-.

Nombre propio-.

Antes, en silencio ocultado,

tu propio nombre, te era ajeno:

ese silencioso nombre, que no

te nombraba, o apenas lo hacía,

no te satisfacía. Todavía, hoy,

te produce un conato de desprecio,

el escucharlo: no es precisamente

tu nombre verdadero. Mas tú, no sabes,

y cansado tanto de la vida, como del nombre,

te desvaneces en brazos de la desdicha.

 

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