Miro la vida detrás de los visillos
viendo los cielos abrirse y estallar,
rayos y truenos, pedrisco y aguaceros,
fuego, sequias, incendios, temporal,
tengo la puerta cerrada a cal y canto
miedo, fatiga, hastío y soledad.
Preso en mi mismo, me voy endureciendo
en mi ramaje no quedan hojas ya,
en mi corteza anidan cucarachas
y mis raíces se pudren de ansiedad.
He de salir de esta oscura madriguera
y sacudirme los miedos de una vez
tomar la bota, los libros y el machete,
abrir la puerta, salir a pelear,
buscar amigos, cantar a voz en grito
tomar las calles en nombre de la paz,
a rescatar de su zulo a la justicia,
a despertar a la diosa libertad.
Un café negro y amargo como el tiempo
hierve en mis venas y me hace despertar,
tomo la pluma mojándola en mi sangre,
letras de fuego esculpo en el papel,
un nuevo credo, diez nuevos mandamientos
Salgo a la calle… ¡no sé si volveré!