En muchas oportunidades he visto caer desde lo más alto de una montaña a un cuerpo insostenible, lo he visto rodar en tantas repeticiones y luego, después de todo ese aparatoso momento nuevamente lo veo firme, con la mente dispersa, y con la noción de que todo será estable.
Son muchos, pero muchos los momentos donde aquel hombre vive bajo las sombras de un destino oscuro y a la vez, como por arte de magia la luz se vuelve a encender, el horizonte vuelve a tener visión y aún con todo eso, la tormenta no cesa, la lluvia no para, el gris se oscurece mucho más, el día es un completo desastre y en su mente todo se convierte en tortura.
Son muchos los momentos donde la visión suele ser tan negra como la noche y aparatosamente ansiosa, estruendosa, desesperadamente bajo el descontrol de la estabilidad, y así, parece ser el principio del fin, parece ser la caída de lo inimaginable y el derrumbe jamás pensado.
Y todo apunta al parecer simplemente un mal sueño, y pueda que a muchas oportunidades, tantas que en ocasiones las mismas que se presentan son la del confort y ni se visualiza a una estabilidad remota, es una guerra afrontada entre la intranquilidad y una lucha interna que no deja vencer, más solo son daños ocasionados que rasgan un alma joven.
¿Y si todo se derrumba?
Seguiré al pie del cañón observando cada amanecer en el mismo cielo que hoy nuestros ojos pueden ver, pueda que llore en silencio y mis gritos no sean escuchados, pueda que en mi pecho ya no aguante una cicatriz más, pero seguiré, continuaré adentrándome al túnel sin luz, al bosque sin brillo, puede que no consiga el oro ya que mi tesoro lo dejaré en buenas manos, más solo buscaré el alivio cuando su sonrisa sea dibujada entre líneas mágicas, más solo me llevaré su amor, y mi amor quedará por siempre entre nuestros recuerdos intactos.
Henry Ruiz
03 DE MARZO 2023
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