Flotando en el jardín de mi vida, un deseo se posó sobre mi piel, su suave aleteo hizo latir mi corazón y despertó en mí un ansia de querer.
El sol reflejó su luz en su cuerpo de seda, y a mis ojos deslumbrados la hizo brillar, su vuelo frágil, su danza de amor, me hizo soñar con poderla atrapar.
Mis manos intentaron atraparla, queriendo poseer su belleza sin fin, pero se escabulló entre mis dedos, y se fue a buscar un nuevo jardín.
Así es el amor, un sueño de mariposa, que te acaricia el alma y te hace vibrar, pero si lo quieres aprisionar, en un abrir y cerrar de ojos, lo puedes perder.