Ilustre hijo de tierra de moros
castellana, adorador de cruces
aladas, con tu pluma de alondra
dejas su huella marcada
en esta tierra sagrada
vestida de hermosura
de versos místicos sin cordura.
Alucinador de aires eternos.
Reformador de almas en celdas
con crucifijos de sangre
autotorturada por flagelación
divina desvergonzada.
Rezos ascéticos contemplativos
se sienten en esta tierra templada.