Matias 01

Vienes de lejos

Vienes de lejos a veces, de donde la muerte

no te toca, desde ese lugar

a dormir conmigo, a regresarme el alma.

 

Ya nadie viene a preguntarme nada

-fumo en silencio- y el viento golpea la ventana

al vibrar una despedida,

y los demonios más resueltos son las desgracias

que vienen a buscarme

a esta casa que enviudó, que quiere irse.

 

Solo un pedazo de lápiz con su punto en la memoria,

y trozos de vidrio, de anteojos

que recuerdan

acaban recostados sobre ríos de polvo

nacido en lo profundo, en lo superficial.

¡Ya nadie pregunta nada!

Solo la tinta se estremece, solo el silencio fluvial

va hacia abajo, solo la niebla del día,

el alcohol de la noche

y la copa abrazada a su sed gratuita llevan

el destello en que me afinco.

 

Siempre puedo sentir la fiebre en el aire, siempre

puedo levantar mi tienda

como un colono, en las ojeras de algún lugar

y siempre puedo sentir

a las desnudas horas besarme hasta hacerme viejo.