El niño de ojos tristes.
Hay un territorio que se niega a ser conquistado,
pero que cayo rendido frente a tu bandera
cuando tu velero desembarco en mi tierra
y tu espada atravesó mi pecho incendiado.
La tristeza de tus ojos
hace que mis noches se vuelvan trágicas,
y este amor platónico casi cumplido
vuelve mi llanto en azucenas
cuando con esmero acaricias mi pelo.
El semblante se me vuelve luminoso y vacío,
siempre que tu risa me envuelve
y me hunde en este abismo incierto
pero a la vez bello e indiferente.
Conviertes cualquier noche trágica en poesía
con esos ojos de niño extraviado
en un mundo incomprendido,
ignorante, pero a la vez vacío
que no es consciente de la belleza de tu alma.
Te amo en la nostalgia
que te hace un niño inocente.
Esta culpa a veces me entorpece
Y calcina mi pecho en llamas.