Qué recuerdo de aquella ocasión,
en que se ausentó mi ilusión,
más reverbera hoy, en mi interior
el resquemor de tus besos de amor
Cuando y como decidimos, ayer,
que los recuerdos del amanecer
persigan rubores vidriosos,
manidos nublados silenciosos
Porque así fue y ya no será,
la verdad de nuestro amor fenecerá
la taciturna espera, la estampa etérea
sobre la ajada mesa de aquel bar
Algún día salvando esta poesía,
cuando la luz del sol en profecía
anuncie aquel amor no olvidado,
diáspora de rencor no deseado
Algo se nubla, llega la noche,
cuando por fin solucionado tenia
el acertijo de humilde enamorado,
al sueño la ilusión, ya se desvaneció
Y… ya, casi no recuerdo nada