Almendros con belleza de acuarelas
intactos de perfumes permanecen
con límpidos colores se estremecen
y acrisolan las flores de tus telas.
Campesinos que cavan con azuelas
y sobre los pajares se adormecen,
y entre surcos terrosos aparecen
los botines que calzas y pincelas.
Con dolorosa fiebre de tu herida
fulgurando en la noche colorida
pintas los cuadros de tu habitación.
Y con lilas y rojos vas creando
amapolas y lirios, destacando
los ocres girasoles de un jarrón.
R Bersabé