EL VIEJO Y YO.
En el silencio
reposa un cuerpo
polvoso y viejo
como un sillón;
los huesos crujen
como las quejas,
como las huellas
cuando se alejan,
murmuran solas
en un rincón.
Solo en su viaje
pasa las horas,
pasan los días
por su estación;
dice palabras
que no se encuentran
solo en su mente
son comunion.
Aquellos sueños
fueron deseos,
anhelo fueron
y aspiración;
ahora es siesta,
y somnolencia
y aquel susurro
en donde duerme
tarde que pronto
ya se olvidó.
Lo veo siempre
por la ventana,
como a un espejo,
como un retrato,
en un cristal
y pasa el viento,
tambien el tiempo
sonrio y pienso
cuando lo veo,
así algun día
como ese viejo
seré tambien yo.
Escrito por M. Peña.
Simplemente...Rito.
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