En el aire se oye
el lejano eco de los tambores.
Cuando nuestras vidas
volvieron a cruzarse
en esta encrucijada de caminos,
nos miramos un instante
con el asombro de un niño
ante su juguete nuevo.
Para confundirnos en la noche
con un abrazo largo... tan profundo.
Entre el estupor y las risas
y nuestros corazones desbocados
rememoramos tiempos lejanos.
Nuestras voces decían adiós
y nuestros pies decían alto.
¡Cuantas veces pensé en ti!
El lejano eco de los tambores
nos cuentan que no
nos habíamos olvidado.
En el aire se diluye
el lejano eco de los tambores.