El alma busca refugio como un ave bajo la lluvia
Llegamos hasta aquí sin saber los motivos
Nadie nos preparó para el sufrimiento
Madre de luz, advertir a tus pichones sobre la mano que da de comer.
Confía en el hombre del alba y alejate del charlatán animal nocturno
Ninguna lluvia a traído calma a la aldea
Cómo ninguna risa a consolado a rotos corazones
Dejemos que el agua corra y descansemos a la orilla del remanso
Que nuestro grito se escuche en la eternidad y que nadie jamás se acuerde de nosotros.