\"Hay almas que tienen azules luceros,
mañanas marchitas entre hojas del tiempo,
y castos rincones que guardan un viejo
rumor de nostalgias y sueños \".
Federico Garcia Lorca
Ven a mi voz nostalgia mía
Y ten piedad del alba moribundo
que se cierne en la noche de mis ojos,
escúchame, libera la memoria
inerte, esculpida en estas horas
inciertas donde a veces muere
la frágil vida en un aliento.
Es vano llamarte, en vano.
El sonido es ausencia, mi desdicha.
El viento rehusa dibujar el aura
sobre esas hojas marchitas
esgrimen en mi frente la venganza
insondable del rencor, del olvido.
Estos pies desnudan la distancia
se posan sobre los cristales
hojas de cuarzo, diamante y granito
que hieren los latidos de mi carne
y a los ecos fríos de mi grito.
El crepúsculo otoñal sangra
sobre las nubes, agoniza,
se precipita en su último acto
Como una ofrenda de hiel y cenizas
te ofresco mi piel y mis huesos.
Calla, calla, y sólo abrázame
embriaga pues con tu esencia de azhares
escondido en el azabache
sempiterno de tus cabellos.
Mientras yo duermo, canta, canta.
Que la ternura de tu voz
busque en el silencio de mi oído
la añoranza de mis promesas
que silenciosamente besan
todas las noches el invierno de tu alma.