DUENDECILLO.
A veces lo veo desde mi cuna
a mi ventana él llega y me saluda;
su nariz es larga y su barbilla filuda
feliz y chiquito, de orejas puntiagudas.
Sus ojos brillantes así como de fuego,
con la mirada enciende
las estrellas del firmamento.
Lo veo revolotear entre las nubes,
y de salto en salto llegar hasta la luna.
Con su varita mágica gira planetas
y al reírse vuelan cometas.
...y cuando ya es muy noche
y todos los niños duermen
un grillito viene y me canta
muy dulcemente.
Escrito por M. Peña.
Simplemente...Rito.
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