Cantaros oblicuos desparraman
sus lágrimas,
la tierra huele a fragancia
de húmedos jazmines,
grises pálidos
envueltos en vaho salpican destellos
de estrellas ocultas.
Voces, cantos de ave desplumada
alientan el alba y la aurora.
Se siente el tintineo del rebote
inconsciente.
La lluvia, la fragancia húmeda.