Ana Estraviz

Mi corazón no es más ligero que la pluma

Tengo por corazón una pluma

que escribe, escribe con cada latido

Escribe, escribe versos malditos

Con sangrienta tinta transcribe

en mi cansado pecho mi pesar

 

Por corazón tengo un martillo

y un cincel que le acompaña

En la agrietada cantera su pulso labra

los mudos gritos de mis recuerdos

fríos petroglifos en la oscuridad

 

Quizá mi interior sea un altar

y en él mi corazón grabe mi historia con sus garras

y con la voz del palpitar resuenen las palabras

que mi ser, cual flagelante, no deja de murmurar